domingo, 24 de enero de 2010

MAGNOLIA

Y en la humilde opinión de este narrador, eso no es algo que simplemente pasó. Esto no puede ser “Una de esas cosas”. Esto, por favor, no puede ser eso. Y por lo que a mí respecta, no puede ser. Esto no fue solo una cuestión de azar. No. Éstas cosas extrañas suceden a todas horas.

Magnolia no es una película, es un plato exquisito que hay que saborear a cada bocado, cada secuencia, cada personaje. Magnolia es un soplo de aire fresco que te llega a los pulmones y te hace sentir vivo, es una historia que te hace sentir acompañado, que te hace sentir que no estás solo, que el ser humano comete errores y que todos tenemos un pasado. Es una historia dramática que paradójicamente te hace sonreír.

Magnolia nos habla de coincidencias, casualidades, cruces y de cosas extrañas. Nos deleita con detalles, personajes increíbles, una banda sonora magnífica y penetrantes monólogos.
No es una película que te deje indiferente, habrá quien no aguante las casi 3 horas de desarrollos in crescendo, hasta llegar al orgásmico final, pero si te gusta, la amarás.

La red de historias se desarrolla en el Valle de San Fernando, en California. Poco a poco, pero sin pausa se nos presentan los hechos y los personajes: un policía que intenta hacer el bien (Jim), un enfermo de cáncer terminal (Earl), su joven esposa Linda, el enfermero de Earl (Phil), un maestro de la seducción (Frank), el jovencito Dixon, una mujer enganchada a la cocaína (Claudia), un presentador de televisión (Jimmy), un exganador del concurso de Jimmy (Donnie, “el niño prodigio”) y Stanley, el que va en camino de ser el próximo niño prodigio.
Todos tienen su particular visión del mundo, su particular historia, pasado y presente, a simple vista, nada en común, ¿o sí?

Magnolia tiene una lectura psicológica muy interesante desde el punto de vista de las carencias afectivas, es una película que habla sobretodo de amor, no en términos hollywoodienses, de chico conoce chica, se enamoran y viven felices (todo edulcorado en exceso), no. Habla de amor pero en otros términos que personalmente creo que son más profundos e íntimos.

Recomiendo encarnizadamente ver la película, pero aviso que si eres de los que catalogan películas como Dr. Dolittle 2 o Un canguro superduro en películas “buenas”, dudo que te guste Magnolia (no porque tenga nada en contra de ese tipo de películas, simplemente creo que es una temática totalmente distinta).

A partir de ahora escribiré sobre algunos temas que se habla en la película, así que si te has decidido a ver Magnolia, mejor acaba de leer este post después de ver la película, que no quiero estropeártela.

Desde mi punto de vista Magnolia es una película optimista, nos regala pinceladas de pequeñas y duras historias que describen la soledad, la búsqueda de la propia conciencia, el arrepentimiento, el miedo, la vergüenza, la duda, la impotencia, la felicidad o la infelicidad y sobretodo el amor, historias duras, pero enfocadas mirando al futuro con los ojos de un niño en la víspera de la noche de reyes.

La música de fondo nos va acompañando a lo largo y ancho de toda la película con una sincronización a los hechos impecable, el ritmo se hace lentamente y casi sin darte cuenta más intenso, hasta llegar a la unión de todos los personajes en una misma canción. Apoteósico.

Poco a poco, la magnolia se abre para enseñarnos cada uno de sus personajes…

Stanley, es un pequeño genio que mira el mundo con la asombrada y perdida mirada de un recién nacido. Siente curiosidad por todo lo que le rodea, cada elemento que forma la naturaleza y cada átomo, gota, fenómeno meteorológico, pensador, filósofo o incluso músico. Le apasiona el mundo y todo lo que lo forma, lo ama. Es un personaje adormilado, sus gestos, palabras y actitudes son naturales, cada paso que da, le sale del corazón, aún posee la gracia de la inocencia. Conforme se desarrollan los hechos, Stanley, pierde esa inocencia y adquiere conciencia de quién es, de cual es su papel en el mundo y cual no va ser el papel que quiere desenvolver, no es un “niño mono”, no es “una simple monada”, ¡Tiene conciencia! Piensa, sabe y actúa. Solo quería jugar con la vida, no quiere competir, no quiere ser siempre él, él y él, solo quiere hacer lo que le gusta hacer.
Me maravilla ver esa especie de resurgimiento, de toma de conciencia, de “aquí estoy yo, sé quien soy, sé lo que quiero y no voy a dejar que me pisoteéis”. Stanley juega con la inocencia de un niño, que lo es, simple y llanamente le apasiona todo lo que le rodea, no quiere nada más, no quiere el dinero, ni la fama, como su padre. Solo quiere que lo traten un poco mejor, sentir afecto.

A Earl el pasado le corroe, cada una de sus vivencias le martillean la mente con la furia desmedida que Jack el destripador debió asesinar a sus víctimas. A Earl se le alarga la vida, el arrepentimiento le duele en el alma, se ha portado mal y él lo sabe. Ha causado mucho sufrimiento y también lo sabe. Escogió el camino equivocado, no tuvo el valor suficiente para echar la vista atrás en su momento y ahora es un adepto a esa dolorosa costumbre.

Frank T.J. Makey está profundamente malherido, le han hecho daño, mucho daño. Realmente cree su papel, cree que escondiéndose, construyendo una armadura de acero inoxidable como es su visión del amor podrá protegerse para siempre de las dolorosas flechas de cupido. Ha convertido el mundo en un escenario de pollas y coños, como él diría, donde ya no existen las personas, el mundo es una batalla para ver quien consigue más coños, para darse cuenta de lo invencible que es al ver que no hay ser humano capaz de “atarlo” y que es capaz de conseguir cuantos coños se proponga, nunca más volverá a depender de nadie, nunca más le volverán a hacer daño, pero nunca más saboreará cada una de las sensaciones, irracionalidades y encantos del amor.
No creo que valga la pena construir ésa visión del mundo, no creo que valga la pena refugiarse del dolor que puede provocar el amor, no creo que valga la pena evitar una sensación que es descrita por muchos como la mejor vivencia que te puedes llevar a la otra vida, por el simple hecho de que haya la posibilidad de que te duela. Sinceramente no creo que valga la pena.

Jim, el poli bueno, se siente solo, aislado y busca el amor por todos los medios, como Donnie, nos deleita con monólogos sobre el bien y el mal, el perdón y otros valores cristianos. Cree en la bondad de las personas, cree que pueden cambiar, que se puede perdonar y que todo el mundo merece una segunda oportunidad.

Claudia se refugia bajo la droga de una vida que parece querer maltratarla, no consume por placer, consume para evitar el dolor. Pero en la vida no todo son penas, es obvio que no siempre hará un día esplendido, a veces tiene que llover, pero quizás la lluvia trae sorpresas y nuevos encuentros.

A cada personaje le asedia la sombra de una experiencia dolorosa que describe alguna etapa de su vida, sensación, emoción, dolor, irracionalidades y caídas. Pero finalmente todos llegan al unísono a levantarse junto la banda sonora, en la apoteósica canción “Wise Up”, al mismo tiempo que se dan cuenta de que “eso”, esas vivencias, en momentos dolorosas, SON COSAS QUE PASAN. “Eso” es la vida y que en la vida hay dolor, y que cada lágrima duele, y que la vida, como el amor, tiene irracionalidades, y eso significa que hay preguntas que no tienen respuesta racional, que hay cosas que simplemente pasan, como le podría haber pasado a cualquiera, y que simplemente “Wise up” como dice la canción, cáptalo, capta la vida, acéptala como es, asume lo que te a tocado, y cambia lo que quieras cambiar, pero no des vueltas y vueltas en círculos cerrados sobre algo que ya ha pasado, entiéndelo, entiende que pasan cosas extrañas a todas horas, cosas irracionales, que no paran, que pasan una y otra vez, cosas que no entiendes, y que tienes de percatarte, entender que no hay nada que entender.

Y acaba con algo tan simple y a su vez tan maravilloso como una sonrisa, suya y mía, al unísono. Una sonrisa que delata que algo mejor está a punto de llegar, que por fin acepto y amo la vida tal y como es. Una imagen increíblemente preciosa para acabar de contar una historia. No se me ocurre nada mejor.

Y así es, para mí, Magnolia. Una sonrisa.

“Y está el relato del ahorcamiento de tres hombres, el buzo, y del suicidio. Hay historias de coincidencias, y casualidades, y cruces, y cosas extrañas, y de tal y cual, y de quien sabe. Y generalmente decimos, bueno, si eso saliese en una película no me lo creería. No se quien conoce a no se cual y tal y tal y tal. Y, en la humilde opinión de este narrador, ocurren cosas extrañas a todas horas. Y así es, y así es. Y la vida dice, quizá nosotros hayamos acabado con el pasado pero él, no ha acabado con nosotros…”

lunes, 11 de enero de 2010

Teoria de la indefensió apresa

La Teoria de la indefensió apresa sorgeix d’un experiment realitzat per Martin Seligman on s’estudiava el comportament de gossos que havien sigut exposats a situacions estressants. Seligman va formar dos grups de gossos a l’atzar, seguidament va fer entrar un dels grups a una gàbia metàl•lica on els gossos rebien descàrregues elèctriques cada pocs segons. Aquests gossos, fessin el que fessin, no podien escapar de les descàrregues. A l’altre grup el va fer entrar també a una gàbia metàl•lica electrificada, però en aquest cas podien escapar simplement empenyent amb el morro un panell que tenien davant. En un segon experiment, va posar a tots els gossos, d’un grup i de l’altre, dins d’una mateixa gàbia metàl•lica electrificada on es podia escapar simplement saltant una petita paret. En aquest segon experiment es va comprovar com els gossos del primer grup (els que no podien escapar en la primera prova) ni tan sols van fer l’intent de sortir de la gàbia mentre que els del segon grup en pocs segons trobaven la manera d’escapar. Seligman va qualificar aquesta actitud com indefensió apresa: havien après a creure que estan indefensos, que no tenen cap control sobre la situació en la que es troben i que qualsevol cosa que es faci és inútil, en conclusió havien après a no tenir esperança, a ser pessimistes.

Més tard va arribar la reformulació d’aquesta teoria a causa de les seves limitacions. Aquesta reformulació s’anomena Teoria atribucional i explica la indefensió o desesperança com una conseqüència de la manera amb la qual les persones s’argumenten o expliquen a un mateix els esdeveniments que li ocorren a la vida, tant favorables com adversos. Les explicacions reflecteixen el caràcter optimista o pessimista d’un individu, ja que aquestes poden ser d’un estil explicatiu optimista o d’un estil explicatiu pessimista.

Seligman va analitzar aquestes explicacions d’acord tres valoracions: la permanencia o la duració que li donem a l’impacte dels successos que ens afecten; la penetrabilitat o l’extensió que assignem als efectes d’aquests esdeveniments sobre nosaltres; i la personalització o el grau de responsabilitat personal que fem recaure sobre nosaltres per l’esdeveniment ocorregut.

En altres paraules, el nostre caràcter optimista o pessimista dependrà de la interpretació que li donem als fets que ens ocorren a la vida, en el sentit de la duració que li donem a l’impacte del succés, de l’extensió dels seus efectes i del grau de responsabilitat que ens fem recaure sobre nosaltres mateixos. 

Si el nostre caràcter optimista depèn de com interpretem la vida, i aquesta interpretació és la nostra veu que va parlant-nos interiorment, no és lògic també que aquesta veu, si es nostra, pugui ser modificada i per tant així, canviar la nostra perspectiva davant la vida?

Molts estudis parlen dels beneficis d’una perspectiva optimista, positiva davant la vida: millor salut, benestar, relacions de parella més saludables... Penso que val la pena invertir temps i ganes en modificar aquesta veu interna, aquesta interpretació que li donem als fets per tal de portar una millor qualitat de vida i viure-la plenament.

domingo, 3 de enero de 2010

Les al•lucinacions, símptoma de malaltia o compensació de la solitud?

Ahir, mirant les noticies de “20Minutos” vaig trobar una relacionada amb la psicologia que sembla força interessant i volia compartir-la en el blog:

Tot i que ara es parli menys d’elles que a l’antiguitat, les al•lucinacions continuen sent un fenomen psicopatològic freqüent, que també es pot experimentar al prendre drogues o aparèixer en persones sanes com mètode compensatori de la solitud sensorial, sentimental o espiritual.

“Moltes persones que tenen al•lucinacions ho oculten per vergonya o por a ser jutjats com bojos o possessos”, ha dit a Efe el catedràtic emèrit de Psiquiatria de la Universidad Complutense de Madrid Francisco Alonso Fernández, qui ha reconegut que és impossible quantificar el nombre de persones que pateixen al•lucinacions a Espanya.

Alonso, membre de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), sosté que, enfront a la definició francesa i tradicional de “percepció sense objecte”, l’al•lucinació és en veritat “una projecció exterior d’un objecte psíquic sensorialitzat”.

És a dir, quan una persona afirma que veu un elefant, en realitat sí l’està veient, “és quelcom que neix al seu cap, ho projecta a l’exterior i acaba veient-lo”.

Aquesta consideració fenomenològica posa en dubte, segons la seva opinió, la coincidència entre la realitat que captem i la objectiva, ja que la primera d’elles sempre es basa en la nostra pròpia elaboració i mai coincidirà ni amb la segona ni amb la d’altres persones.

Alonso distingeix entre al•lucinacions patològiques i les no patològiques.

Les primeres apareixen, tot i que no siguin constants, en tot tipus de malalties psíquiques, mentre que les segones es donen en persones sanes que viuen situacions extraordinàries, per exemple, per vivències de solitud com les d’un explorador perdut en el desert que veu un oasis.

D’altra banda, el psiquiatra José Miguel López Ibor, que es mostra més d’acord amb la definició clàssica de l’al•lucinació com a “percepció sense objecte”, ha explicat que les que senten les persones sanes en moments de solitud es denominen “no vertaderes o pseudoal•lucinacions”.

Durant un període de dol, “tenir contactes amb la persona estimada i morta pot alegrar fins a un cert punt, però no es pot abusar d’això perquè es pot convertir de ser una defensa a un trastorn patològic”, ha assegurat Alonso

Les al•lucinacions també apareixen entre els que senten “solitud espiritual” i aquells místics que busquen el contacte amb Déu.

Precisament, Alonso està preparant un llibre sobre les al•lucinacions de Santa Teresa, distingint fins a tres tipus: complertes (relacionades amb el dimoni), físiques (les que veu amb els ulls del cos) i interiors (les que veu amb els ulls de l’ànima).

Les al•lucinacions es produeixen també amb un consum excessiu d’alcohol al arribar a la última fase del síndrome d’abstinència, el “delirium tremens”, ha explicat López Ibor.

Per la seva part, l’expert en Farmacologia i vicedegà de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra, Norberto Aguirre, ha comentat que les persones que prenen drogues al•lucinògenes “ho fan precisament amb el propòsit d’al•lucinar, que no es una altra cosa que distorsions la percepció de la realitat”.

Un cop ha passat l’efecte de l’al•lucinogen és difícil tornar-les a experimentar, “tot i que no impossible”, ha assegurat Aguirre, i es el que es coneix com “flash-back”.

El consum de marihuana multiplica per sis el risc de patir quadres psicòtics o esquizofrènia, i l’ús d’altres al•lucinògens com l’LSD augmenta el risc de patir trastorns psicòtics, canvis de personalitat on es ressalten els trets paranoides, ha afirmat Aguirre.

Entre les drogues capaces de produir al•lucinacions es troben les de productes naturals com la marihuana, la mescalina del “cactus peyote”, la “psilocibina” i “psilocina” dels fongs màgics, i el “dimetil triptamina” de la mimosa i la “ayahuasca”, o les de productes semisintètics com el LSD.

També produeixen al•lucinacions les drogues sintètiques o els anestèsics dissociatius com la “ketamina” (vitamina K o superK9, la “feciclidina” (“pols d’àngel”) i algunes amfetamines, a més de alguns opiàcids i la cocaïna.

Aguirre ha advertit de que el consum de tots aquests al•lucinògens pot conduir a un trastorn esquizoide, el qual produeix un dany permanent a la persona.